¿Qué
es el Marco para la Buena enseñanza?
El
Marco para la Buena Enseñanza establece lo que los docentes chilenos deben
conocer, saber hacer y ponderar para determinar cuán bien lo hace cada uno en
el aula y en la escuela. Este marco se emplea para orientar mejor la política
de fortalecimiento de la profesión docente y es un referente para las
universidades que diseñan los programas de formación inicial y de desarrollo
profesional, dado que contiene criterios e indicadores, así como la base
técnica para mejorar sus propuestas para la formación de profesores y profesoras.
¿Qué
supone para los docentes el Marco para la Buena enseñanza?
El Marco
para la Buena Enseñanza orienta y fortalece profesión docente. Las
universidades que diseñan los programas de formación inicial y de desarrollo
profesional, encontrarán criterios e indicadores, así como la base técnica para
mejorar sus propuestas. Quienes participen en los procesos de evaluación del
desempeño, encontrarán las pautas
precisas para afinar su mirada y sus juicios sobre la tarea educativa.
¿Los 4 dominios nos permitirían a nosotras como profesoras tener información
más relevante e importante para mejorar en la práctica?
De
todas maneras los 4 dominios fortalecen y nos permiten poseer un profundo
conocimiento y comprensión de las disciplinas que enseñamos y de los
conocimientos, competencias y herramientas pedagógicas que faciliten una
adecuada mediación entre los contenidos , creando un ambiente propicio para las posibilidades de
aprendizaje y desarrollo de todos nuestros alumnos que adquieren especial
importancia, así como su tendencia a destacar y apoyarse en sus fortalezas, más
que en sus debilidades, considerando y valorizando sus características,
intereses y preocupaciones particulares y su potencial intelectual y humano.
También es importante, como dice en el Dominio C que el profesor logre que los alumnos
participen activamente en las actividades de la clase y además que se involucre
como persona y explicite y comparta con los estudiantes los objetivos de
aprendizaje y los procedimientos que se pondrán en juego; también se destaca la
necesidad que el profesor monitoree en forma permanente los aprendizajes, con
el fin de retroalimentar sus propias prácticas, ajustándolas a las necesidades
detectadas en sus alumnos, incentivando el trabajo en equipo, el de orientador a
los alumnos y de una constante
actualización de nuestra disciplina y del sistema educativo.
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